Ver la ramita en la cumbrera es uno de los momentos más emocionantes de toda construcción: significa que terminó la obra estructural y que es hora de “ponerse” con el asado para el personal. Así se vive hoy por esos lares, pero el origen es una antigua tradición escandinava, que buscaba serenar los espíritus de los árboles talados y proteger el lugar.
La “coronación” surge como un rito. Los escandinavos creían que los espíritus de los muertos vivían en los árboles, por lo que colocar la rama al terminar de construir –principalmente en madera- pretendía apaciguarlos. Luego, representó un agradecimiento y muestra de respeto a la madre tierra por aportar los materiales, y hasta una forma de augurar fertilidad en el campo y la casa.
La tradición se esparció primero por Europa y se cree que llegó a América en las oleadas inmigratorias de fines del siglo XIX y principios del XX, principalmente a través de carpinteros alemanes. Actualmente, el símbolo se utiliza en obras de numerosos países, con sus particularidades.
“Coronar” consiste en colocar una rama en lo más alto de la estructura, marcando el final de la obra gruesa. En ocasiones, en forma de corona decorada con cintas o serpentinas, como se observa en la fotografía tomada en febrero de 1935 durante la construcción del Club Andino Bariloche. En algunos países europeos, en Estados Unidos y hasta en nuestro vecino Chile, además de la rama suele colocarse una bandera.
A pesar de los matices, en todos los casos el simbolismo implica el compromiso del propietario de invitar a las y los obreros a compartir una comida. En Países Bajos, de hecho, lleva el nombre de “pannenbier” (cerveza de cubierta). En Argentina, claro está, el menú no se discute: asado de techada.
Es una celebración por haber llegado a la parte más alta y compleja de la obra, y en zonas frías como la nuestra, una garantía de continuidad bajo techo de la gran cantidad de tareas que aún restan. Momento de dejar las herramientas de lado, compartir y tomar impulso para lo que falta.
¡Y que la rama no quede muchos días en la cumbrera! se quita recién cuando el propietario cumple con el asado…
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